Jacob Riss, Director de programación de Nordic Games, presenta el impacto de los países nórdicos en el ecosistema de los videojuegos.
Minecraft, Subway Surfers, Angry Birds, Hitman y Limbo, son algunos de los juegos de video más reconocidos en todo el mundo, sin embargo, su origen es ocasionalmente mencionado, por lo que a través de una charla personal con Jacob Riss, se han logrado establecer la contribuciones de los países nórdicos en la producción de videojuegos y el proceso del ecosistema a través de la perspectiva de Eric, socio de Riss.
En un inicio, se establece la diferencia entre Escandinavia y los países nórdicos, la cual reside en que el primero comprende Noruega, Suecia y Dinamarca. No obstante, del segundo hacen parte Finlandia e Islandia, además de los países anteriormente mencionados y por los cuales surge un interés especial en el desarrollo de videojuegos.
La producción de juegos de video en los países nórdicos surgió como una idea que tenía como propósito contrarrestar la influencia de la lengua inglesa en las futuras generaciones, por lo que en ella se identificó un potencial cultural además de industrial.
Como reacción a esto, en el año 2004 un 0,7% de los videojuegos eran considerados de dichos países, sin embargo, para el año 2019, los estudios demuestran que aproximadamente 10.500 personas consumen estos productos en todo el mundo, situación que se le atribuye al papel que cumplen los distribuidores en el proceso de expansión del mercado.
En el año 2006, la compañía estableció un programa de juegos nórdicos con enfoques específicos en niños y jóvenes, con el objetivo de preservar su lengua natal y generar relaciones más estrechas con las audiencias mediante el proceso establecido por Eric: idea, desarrollo, publicación, distribución y retroalimentación.